José Alfonso Compean Castruita
El 8 de marzo volvió a acontecer lo mismo que en anteriores ocasiones en la misma fecha. Los diferentes grupos feministas o colectivos, como se autonombran, salieron a manifestarse gritando y escribiendo varias consignas en paredes y en cartulinas, entre otras, que no se siga asesinando mujeres. En lo cual la sociedad estamos totalmente de acuerdo. Que se manifiesten también tienen derecho de realizarlo, la constitución mexicana consagra ese derecho.
En donde no tienen derecho, es en trasgredir la ley, al agredir a la comunidad; golpean periodistas, que lo único que hacen es trabajar para informar a la comunidad, lo mismo hacen con policías o con personal de seguridad de los edificios públicos y privados. Personas que al igual que ellas o ellos (porque en algunas manifestaciones participaron hombres) son el único sustento de su hogar. ¿Por qué agredirlos físicamente, por qué causarles daño?
Desafortunadamente se infiltran dentro de las marchistas grupos radicales que buscan la anarquía; quienes causan los destrozos son un mínimo de personas, comparadas con el grueso del contingente. Las organizadoras deberían de evitar que se les infiltren esos grupos que a la postre viene dañando la imagen de las que sí se manifiestan de una forma pacífica.
¿Y el gobierno? Bien, gracias. Cuando los gobernantes tomaron posesión de su cargo, juraron hacer cumplir la ley. Y luego, ¿qué pasó el 8 de marzo?
Claro que no estoy opinando que se les reprima a las manifestantes, únicamente que los gobiernos resguarden las instalaciones por donde van a desfilar los contingentes para que no dañen la propiedad pública y privada.
Provoca mucho coraje e impotencia el observar cómo destruyen cristales de las estaciones de autobuses del servicio público urbano, y ver cómo incendian los inmuebles como sucedió con las ventanas del Palacio de Gobierno en Chihuahua. Es un edificio que pertenece a toda lo comunidad y que el repararlo costará varios miles de pesos que saldrán del pago de nuestros impuestos, pudiendo destinar esos recursos para realizar obras públicas en bien de la comunidad.
Recordando un poco de historia. Ese movimiento nació en una conferencia de mujeres socialistas que se celebró en conjunto con la Segunda Internacional Socialista en el año de 1910. Por cierto, uno de los miembros distinguidos de la Internacional Socialista era Vladimir Lenin.
En el año de 1917, las protestas de mujeres socialistas, se fija como fecha para realizarlas para el día 8 de marzo de cada año.
Mis amigos, por ahí nos encontramos en una semana desde el Ágora Fronteriza.
El autor es corresponsal de Pulso Michoacano en Chihuahua.